24 de septiembre de 2009

Fiestas de otoño

A esta hora ya estará la gente saliendo de misa y preparándose la gran subasta de la Virgen de las Torres. Es hoy la primera fiesta del nuevo curso. El anterior acaba el mismo día que se hace el silencio recién terminadas las fiestas y como por arte de encantamiento hay un olor nuevo en el aire que nos hace ir aceptando poco a poco la nueva realidad.
Así pues esta fiesta de las Torres vendría a colocarnos de lleno en esa nueva dimensión. Está situada, y no por casualidad, en el mismísimo equinoccio de septiembre, y seguramente si pudiéramos rastrear en el pasado con la misma facilidad que en el presente, hallaríamos huellas de antiguos cultos olvidados.
La Virgen de las Torres es una de las patronas de Berlanga, junto a Santa Catalina y la Virgen del Mercado (antes también la del Rosario). La imagen se encuentra en el retablo de la ermita del mismo nombre, que lo fue del antiguo hospital, y todos los años por estas fechas se celebra su fiesta, que es de las mas entrañables del calendario por lo que tiene de original respecto a otras celebraciones y porque era motivo de largos preparativos por parte de la numerosa cofradía.
Acabada la misa, en el tablado instalado en la plaza mayor, se van subastando las ofrendas de los vecinos que van desde pollos, conejos, plantas ornamentales, labores de artesanía, jamones, ristras de ajos... hasta un collar de confetti que hacen las monjas de clausura, que va en último lugar y que es motivo de larga disputa entre los pujantes por ver quien se lo lleva finalmente a su casa y luego tiene el honor de ponérselo a la virgen durante la procesión.
Antiguamente el subastador era uno de los pregoneros. El último que recuerdo fue Clemente Gamarra, pero al venirse abajo la institución secular de los pregoneros, esta labor la han ido haciendo algunos cofrades, unos con más gracia que otros. La formula que se emplea cuando cesan las pujas es la siguiente:
  • Cuatrocientos euros a la una...,
  • cuatrocientos a las dos...,
  • cuatrocientos euros a la tercera...,
  • que buena...,
  • que buena pro le haga.
Expresión, esta última, que sirve para cerrar el trato y darlo por obligatorio; y que se usaba también para saludar a quien estaba comiendo o bebiendo.
Recién estrenado el otoño y el nuevo curso, ya están aquí las primeras fiestas de la temporada. Septiembre es el séptimo mes en la cuenta de Rómulo, y los ritos paganos de esta parte del año están relacionados con Dionisos / Baco, dios del vino; ya que es cuando tiene lugar la vendimia, actividad en franca decadencia en nuestra comarca, pero todavía pujante en la ribera hacia poniente. Homero escribió que sus coetaneos danzaban y recitaban en estos días un "hermoso lamento" sobre los sufrimientos y la muerte del dios de las uvas.
Es tiempo también de celebrar la gloriosa llegada del arcángel Miguel, pesador de las almas, que anda siempre con su balanza en ristre, al que se le dedican las fiestas en Bordecorex y Andaluz este próximo fin de semana.
San Miguel, cuando los higos saben a miel. El refranero es un poco contradictorio, y asi lo mismo nos dice que el veranillo de san Miguel faltará muy rara vez, como que hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, y en llegando san Miguel te lo vuelves a poner. De cualquier manera, haga frío o calor, que el cuerpo de un celtíbero lo resiste casi todo, lo que no se puede uno saltar son las fiestas de Bordecorex, pueblo pequeño pero de grande hospitalidad. Aqui tienen un video promocional:
Bordecorex es pueblo que acaba en X, cosa poco frecuente en la toponimia castellana. Casualmente el caudillo Almanzor, que murió por estos predios, había nacido en otro pueblo que tambien termina en X: Torrox. En Soria tenemos también un Moñux y un Urex; en Guadalajara se encuentra un Muduex y un Anguix; otro Anguix en Burgos y además un Perex; un Guadalix en Madrid, un Letux en Zaragoza, un Borox y un Almorox en Toledo. Se nombra un Barrax y un Cancarix en la provincia de Albacete; un Bolvax y un Barranco Molax en la de Murcia; en la de Almería la nómina es amplia: Albox, Alfaix, Alsodux, Benahadux, Enix, Moscolux, Lanjar de Andarax y El Frax. En Alicante, Fanadix, Cox, Sax, Fleix y Elx, mas conocido como Elche. Nos quedan dos en Granada llamados Guadix y Balax y los tres que hay en la provincia de Málaga: además del lugar donde nació Almanzor, se encuentran un Jorox y un Tolox.
Pero la cosa empieza hoy mismo en Berlanga, con esa celebración religiosa con toques paganos. A los que tengan la suerte de estar en Berlanga, en Bordecorex o en Andaluz por estas fechas, que buena pro les haga.

7 de septiembre de 2009

Elogio desinteresado del congrio rancio

Perdonen si doy otra vuelta de tuerca a la nostalgia. He visto un anuncio en el que hablaban de la cocina de la abuela, y me he acordado de aquellos suculentos platos de patatas con congrio rancio que en fechas señaladas preparaba la mía.


El congrio rancio es una comida con un currículo particular: se trata de un pescado secado al aire de la Galicia occidental, tristemente famosa a raíz del vertido del Prestige. Ignoro si en el auge de su consumo o en tiempos pasados se secaba en algún punto mas; actualmente solo se hace en dos pueblos de la Costa da Morte que son Muxía y Camariñas. Parte de su originalidad radica en que en los lugares en los que se seca no se consume. Toda la producción se exporta a una región de límites muy parecidos a los de la antigua Celtiberia, cuyo centro estaría en Calatayud. (Tengo alguna referencia de que se comía también en la Cataluña interior).


Recuerdo las congrias gigantescas colgadas en las tiendas de coloniales de Berlanga o en aquella tienda de Almazán que había cerca de la Puerta de la Villa, o en la de los Martínez de Sigüenza. Actualmente su consumo es residual, pero en esos tiempos de los que hablamos era manjar de gran predicamento. El arcipreste de Hita habla del congrio seco en alguna de sus obras y Enrique de Villena tambien lo menciona en su "Ars Cisoria". Los sogueros de Calatayud, despues de vender su mercancía a los marineros gallegos, para no volver de vacío, traian las grandes hojas de congrio cecial, que el pueblo llano consumía muy a menudo. Con el desarrollo del transporte y en el declive de su consumo pasó a ser manjar de fechas especiales como la navidad, las ferias de ganado o el día grande de las fiestas. Se ponían los trozos en remojo y después de un par de cambios de agua, se guisaban con las patatas de los regadíos de la Dehesa Chica o del Pedazo. Estoy hablando ya de Berlanga, de mis recuerdos de niño. Tengo ese sabor antiguo de las patatas con congrio rancio de mi abuela como uno de mis mejores recuerdos gastronómicos, y ningún manjar posterior ha podido borrrarlo. Yo creo que lo tengo metido en los genes.

Ausencias


La foto ya tiene unos añitos y no es mía, porque no había nacido, ni de nadie de mi familia. La he tomado prestada, espero que no se moleste nadie, porque ilustra uno de los problemas que padece nuestra tierra: el abandono del patrimonio artístico.

Como en otros pueblos de Castilla, se vive hoy una época de relativa abundancia, que se palpa en la construcción de nuevas casas y en el adecentamiento de algunas otras del caserío urbano o casco viejo. Paradójicamente esta expansión urbanística no acarrea un aumento de la población residente, antes al contrario: la población del municipio ronda peligrosamente la barrera de los mil habitantes; una tercera parte de la que tenía cuando se hizo la foto.

Comparada con una foto actual, comprobaríamos que han desaparecido Las Escabas, aquella tierra mítica de peleas con espadas de madera, el vertedero que era a la vez un parque temático de la basura y la imaginación, y con entrada gratuita. Todo sea por la higiene y el bien común, pero que conste que he visto parques temáticos que daban más asco que aquel. También han desaparecido lamentablemente esta vez, la torre derecha del palacio y el arco de triunfo de la ermita románica de San Juan, en las faldas del castillo, como se fueron desmoronando también los muros del ábside que lo sujetaban y los muros de tapial adyacentes de lo que algunos identifican con la muralla que protegía la alcazaba árabe anterior al castillo. No se trata en esta bitácora de hacer inventario de las ruinas. En todo caso, el invierno que se cayó la torre del palacio no se hizo ninguna referencia en el programa de fiestas, ni en el boletín de la diócesis cuando se cayó el arco de la iglesia. (video de Peridis)

Para acabar con las ruinas es importante tener memoria, recordar como eran nuestros monumentos e incluso dónde estaban. Nadie puede hacer un inventario de todo lo que se ha perdido desde el estropicio de la francesada hasta nuestros días. La fotografía es un invento muy reciente y la memoria del pueblo no es algo que resista el pasar de las generaciones. Los archivos del ayuntamiento no es que dejen verlos a todo el que lo pida, dándose el caso flagrante de que una vez solicitó su estudio un licenciado en Historia natural de la Villa pero que no residía en ella. De nada le sirvió haber pasado aqui toda su infancia y adolescencia, porque el alcalde de la época le dijo que no podía ser. Este mismo alcalde poco tiempo después concedió el favor a una amiga suya foranea y del ramo de la hostelería.


¿Cuantos se acuerdan, por ejemplo, de la fecha de demolición del juego de pelota?, y ¿quién sabe cuando se construyó

La nevera y El Mico

Se acababan de inaugurar las escuelas nuevas, en las que se había acabado por fin con la segregación de sexos y también, desgraciadamente, con un acerolo gigante, en el que habíamos pasado tan buenos ratos con sus deliciosos frutos en sazón. 
Aprovechando uno de aquellos bulliciosos recreos, en aquel tiempo en que la natalidad todavía marcaba niveles positivos, unos cuantos chicos de mi edad nos aventuramos a explorar un territorio desconocido. Estaba allí mismo junto al nuevo edificio escolar, que había heredado del antiguo todos los crucifijos y las fotos de Franco y del Otro. Solo había que cruzar el camino de Paones y allí estaba LA NEVERA. 

No recuerdo bien si todavía la habitaba El Mico, uno de los últimos pobres de solemnidad que tuvo el pueblo, que andaba arrastrando una pierna y recogiendo comida por las casas cuando los indigentes tenían esa dignidad y respeto del que hablaba Gaya en "El Santero de San Saturio". Los chiquillos le hacíamos la burla y él se giraba lentamente para decirnos algún improperio, mientras aprovechábamos para huir despavoridos. No recuerdo el final que tuvo este personaje legendario. 

La Nevera sigue allí al pie de unos cerrillos que se han ido poblando de nuevas construcciones. El camino de Paones es ahora una carretera pero con el mismo ancho de aquel. Tenía una puerta de madera medio desvencijada. Muchas veces cuando paso por allí la miro de reojo; es un monumento, una reliquia de la Berlanga antigua, un museo en si misma, de cuando no había luz eléctrica ni electrodomésticos. La miro de reojo porque ahora sus dueños han cambiado la vieja puerta por una mucho más moderna que delata una falta de respeto rayana en la delincuencia. 

 El hecho de que no sea propiedad municipal no justifica que no se haya respetado la puerta original, ni siquiera que haya tenido derecho a un sencillo cartel explicativo de sus extintas funciones, por lo que las nuevas generaciones se quedarán sin saber que en este edificio se almacenaba la nieve del invierno para conservar algunos alimentos perecederos, y que duraba hasta la primavera, o explicando que en los últimos tiempos sirvió de morada al Mico, casi un personaje mitológico que nos hizo cagarnos de miedo y de risa, que nos haya perdonao y que dios lo tenga en su gloria.

La Constitución


Artículo 138
El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.
Las diferencias entre los Estatutos de las Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
Artículo 139
Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
27 ANOS DESPUES está claro que el estado no ha velado por ningún tipo de equilibrio económico, ni adecuado, ni justo entre las diversas partes del territorio. Soria tiene ahora menos habitantes que hace veintisiete años. En la pirámide de población ha habido un considerable aumento de la población mayor de sesenta y cinco años y por tanto un descenso de la población llamada activa. Sin ceñirnos al caso particular de Soria, en general las provincias del interior han seguido el mismo camino (excepción claro está de Madrid, donde van a parar gran parte de los dineros y recursos humanos que serían necesarios para conseguir ese equilibrio del que habla la Constitución) perdiendo población, infraestructuras, privilegios como la organización de eventos deportivos que son siempre para los mismos. Vivir hoy en Soria o en Guadalajara es más dificil que hace veintisiete años y el Estado, que entre sus obligaciones tiene la de velar por el equilibrio entre territorios, no hace nada por evitarlo.
Estos razonamientos no son nuevos y seguramente los habrán escuchado ustedes muchas veces, incluso, los que tengan edad para ello, los habrán oído sin el argumento de la Constitución de por medio, porque ya con las leyes fundamentales de la dictadura pasaba lo mismo, desde que los pueblos empezaron a quedarse vacíos en los 50/60 y en las ciudades se empezaron a crear arrabales horribles llenos de nichos y los que se fueron se acostumbraron a no ver por donde se ponía el sol...
(Foto de Cabreriza)

2 de septiembre de 2009

San Gil de Pedroso


En el lugar donde ahora está la ermita de Carrascosa hubo una modesta iglesia medieval. Junto a ella se encuentran las ruinas de los edificios de un pueblo abandonado hace muchos siglos. Se llamaba Pedroso, o San Gil de Pedroso, seguramente haciendo referencia a la cantidad de piedras que había en el lugar. Era una pequeña aldeita que se había formado después de la repoblación cristiana y que había conseguido convertir en un vergel las tierras del entorno. Pertenecía al Común de Berlanga y de allí había surgido la idea de establecer en este lugar un caserío que aprovechase las fértiles tierras circundantes y el voluminoso y limpio caudal del Escalote, para cultivar unas huertas que los abastecieran de buenas hortalizas y frutas. Ellos fueron los que trajeron las primeras viñas de un pueblo ribera arriba, de donde era la mujer de uno de los campesinos repobladores. 

De todo aquello, tras el abandono y el traslado definitivo a Berlanga de sus tres últimos moradores, aparte del tufillo a cochino que sentirás en el ambiente, nos quedó la costumbre de la romería, la fuente y un pinarcillo cada vez más descuidado, donde se iba el siglo pasado a merendar y a respirar. Las viñas desaparecieron porque daban más trabajo que alegrías y las manos que tendrían que haberlas cuidado nos las robaron las regiones ricas que estaban en plena expansión industrial.

Esto poco que ves ahora, viajero, te puede confundir o dejar perplejo. Los hombres abandonamos las cosas queridas. Así nos va.




Imágenes de bienvenida

Berlanga de Duero. 41º27’55" N 0º49’35" E. El término es ondulado. Las elevaciones principales son los cerros de Oca, Coborrón y Fuente Lobo, y la loma del Calvario. El terreno es de naturaleza arcillosa y arenosa. CLIMA. Se producen lluvias en invierno y primavera, y nevadas en diciembre y enero. Los vientos más presentes son el N y el SE, conocidos entre nosotros como cierzo y solano; las lluvias las trae el viento sur al que se llama ábrego (áfrico, que viene de Africa) LAS AGUAS Bañan el término los rios Duero, Escalote y Talegones, y algunos arroyos de menor importancia. Las fuentes principales son las de San Andrés, Mercado y Cubo; de las que se obtiene el agua para beber. VEGETACION 2.500 H@ de terreno sin cultivar, en las que crecen pinos, carrascas, robles, espinos, aliagas...
En este mapa que figura en la obra de Don Gonzalo Martínez Díez, "Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana" vemos la extensión de la primitiva comunidad de Berlanga, que no sufrió apenas variación en sus ocho siglos de existencia. Solo Rello consiguió desligarse y crear su propia jurisdicción; de ahi el rollo que vemos al entrar en esta villa. Dónde dice Comunidad de Caracena, debe decir Comunidad de Gormaz.