16 de febrero de 2012

Jueves lardero


Al señor Ignacio le había intrigado siempre que las ovejas del Tio Emilio (más de dos mil cabezas, que pastaban por las dehesas de Extremadura) llevaran marcadas dos emes mayúsculas en el lomo; y cuando tuvo la oportunidad de encontrárselo frente a frente se lo preguntó:

-Coño, Ignacio, pareces tonto, ¿por qué va a ser? Porque me llamo Milio y soy de Mendralejo.


(Caso verídico)

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