Mi compañero de asiento, al pasar por la estación de Brías, me dijo que por estos pagos abunda la carrasca, que es una encina que tolera mucho mejor el frio extremo, con la hoja ligeramente más corta y la bellota más dulce. Me contó que desde hace unos cientos de años, los campesinos, con ayuda de cerdos o perros amaestrados, recogían las trufas de estos carrascales, y que esos hongos subterraneos tan apreciados en la gastronomía, pueden alcanzar en el mercado un valor de 1.500 euros el kilo, por lo que en muchos lugares, todavía no en estos que recorremos, su recolección es una fuente de riqueza y de puestos de trabajo.
Añadió mi interlocutor que últimamente se están incrementando las plantaciones de carrascas, especie de crecimiento lento, pero de gran resistencia, con vistas al cultivo de trufas, y que estas serranías tienen todas las características para que estas nuevas explotaciones agrícolas se implanten con éxito. Me habló de una estudiante de ingeniería forestal, llamada Luz Marina Fernández Toirán, que publicó en 2006 un trabajo de fin de carrera titulado "Plantación trufera en el término municipal de Paones (Berlanga de Duero-Soria)" y que en julio de 2009, La Diputación provincial concedió al Ayuntamiento de Berlanga una ayuda de 4.195,63 €. destinada a la plantación y cerramiento de 7,80 hectáreas de carrasca trufera en Paones , con un presupuesto aprobado de 13.426,00 €.
Llegamos a Paones y le dije a mi compañero de viaje que tenía que despedirme de él, porque me esperaban en un restaurante muy afamado unos cuantos socios emprendedores, para cerrar un negocio muy sustancioso, mientras dábamos cuenta de unos suculentos huevos fritos con trufa rallada.
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