Transcripcion literal del artículo de Angel García, del dia 14 de mayo de 2015, en su blog de Barahona
Hace dos días, en un acto público celebrado en Baraona se expusieron los inconvenientes para fijar población y evitar que lo que es ya un desierto poblacional se convierta en desierto total.
(171 habitantes en enero 2014 en este municipio: 116,59 km2, 1,47 habitantes por kilómetro cuadrado... hoy algunos menos... y no somos las excepción en nuestro entorno )
Los dirigentes que hasta ahora ha tenido Soria dicen que no tienen una varita mágica para poder solucionar esta circunstancia y no contemplan otra medida que seguir por el mismo camino. El camino que nos proponen es confiar en estructuras sociales y políticas que han resultado inútiles, o más bien que han sido la causa de la presente situación.
Hace dos días, en un acto público celebrado en Baraona se expusieron los inconvenientes para fijar población y evitar que lo que es ya un desierto poblacional se convierta en desierto total.
(171 habitantes en enero 2014 en este municipio: 116,59 km2, 1,47 habitantes por kilómetro cuadrado... hoy algunos menos... y no somos las excepción en nuestro entorno )
Los dirigentes que hasta ahora ha tenido Soria dicen que no tienen una varita mágica para poder solucionar esta circunstancia y no contemplan otra medida que seguir por el mismo camino. El camino que nos proponen es confiar en estructuras sociales y políticas que han resultado inútiles, o más bien que han sido la causa de la presente situación.
Vamos en zig.zag, pero llegaremos a destino |
Estas
fotos han sido tomadas el 13 de mayo. Vemos parte de nuestros paisajes y
pregunto: ¿alguien cree que ésto es un paisaje desértico?. No nos
faltan carreteras, tenemos buenas telecomunicaciones, medio ambiente
envidiable, mucho espacio. El promedio del poder adquisitivo de nuestros
vecinos es decente: no hay más que ver los automóviles que se mueven
por aquí. Cuando los sorianos y los paisanos más próximos van a otros
lugares, consiguen salir adelante con bastante eficacia. ¿Qué es
entonces lo que nos falta o nos sobra aquí para que sea agradable vivir,
en lugar de tener que emigrar la mayor parte de los aquí nacidos?
Miles de kilos de mielgas y hierba
comestible para los animales están en todo su esplendor. Sobra pasto
pero han desaparecido casi totalmente los rebaños de ovejas, más que por
falta de rentabilidad, por falta de personas que las guarden, como
antes desaparecieron las mulas y las cabras. Las hierbas quedarán en
gran parte desperdiciadas. Bidones de miel salen a otros lugares
producidos por las abejas que se instalan en nuestros campos durante el
verano, pero aquí no dan trabajo al residente. Nos sobra viento todos
los días, pero las aspas que lo convierten en energía, y por tanto
podrían mejorar la economía local están en otros parajes. Aquí no se
pueden poner por la excusa de unos pajaritos que ya no existen
más que en las fotos de propagandas mentirosas. Siempre había habido un
guarda municipal, pero ahora unos extraños y al parecer todopoderosos
vigilantes del medio ambiente están poniendo todo tipo de cortapisas a
las actividades tradicionales de los habitantes. Eso es lo que algunos llaman "autonomía municipal".
Cargas de aliagas y cambrones traían nuestros antepasados para iniciar la lumbre familiar de las casas en los inviernos y por eso han llegado hasta nosotros; hoy unos insensatos e ignorantes mandones impiden cortarlas. Eso se traduce, ahora que están en flor, en ver plantas viejas ya secas sin utilidad alguna, pero que impiden el nacimiento de otras nuevas. Un espino de escarambujos o escaramujos, de los cientos que nacen en nuestros campos porque se multiplican naturalmente, no se puede cortar si nace donde no debe porque la vigilancia inquisitorial al servicio de no se sabe quién multa diciendo que has atentado contra "un rosal silvestre". Habría que plantarle unos cuantos a la puerta de la casa del "nosesabequién" para que le sacudieran unos cuantos pinchazos y se enterara de cómo son las zarzas y cómo se multiplican. Los humedales, charcas y lagunas no se pueden limpiar; no hay razones.
En resumen, estamos en manos de ignorantes lejanos que creen que lo que hoy ha llegado a nosotros no tiene nada que ver con el trabajo de cuidado de nuestros antepasados, sino que su conservación se mejora si anulamos la intervención humana. Ya no somos libres para hacer en nuestro campo y medio ambiente lo que siempre se ha hecho: todo lo tienen que mandar los que dan subvenciones y se han hecho los amos reales de estas "autonomías municipales". Por eso el humano se va a otros lugares donde se respira más libertad, y con ello van desapareciendo especies animales, deteriorándose el medio ambiente con el monocultivo y sus herbicidas, y convirtiendo en desierto humano lo que todavía podría salvarse si cayera en las manos de personas inteligentes y respetuosas con los medios tradicionales de uso de la Naturaleza.
Casas derruidas en nuestros pueblos, sin que encuentren nuevos pobladores porque quienes son sus propietarios no las rehacen, muchos de ellos por la carestía de esta tarea y los requisitos que se exigen, ni las usan ni ponen precio racional en su venta. Ampliación de edificios, en especial grandes naves, en los alrededores sin un planteamiento anticipado de viales y servicios: queremos que pase la enorme maquinaria por el mismo camino que ocupaba una yunta de mulas con su arado.
Parques infantiles desiertos de
niños en estos días floridos, largos, luminosos y agradables de la
primavera. Tres edificios de antiguas escuelas ya no sirven como tales:
no hay niños; dos están cerrados. Solo la residencia de personas mayores
conforma el barrio más habitado de la población. Con este panorama
¿cuántos años creemos que quedan para que bajemos de UN habitante por
kilómetro cuadrado?
Quizá la solución se encontraría en copiar el estilo de vida en otros
lugares donde hay más prosperidad para que un mayor número de habitantes
sobreviva. Si los que llevan mandando en Castilla la Vieja, en Soria y
aquí durante décadas no tienen "la varita mágica", tal vez sea porque el hada
que la maneja es más importante que la varita. Tal vez si cambiamos el
"hada" que la usa, da igual la varita que tenga: cualquier varita puede
ser mágica.Cargas de aliagas y cambrones traían nuestros antepasados para iniciar la lumbre familiar de las casas en los inviernos y por eso han llegado hasta nosotros; hoy unos insensatos e ignorantes mandones impiden cortarlas. Eso se traduce, ahora que están en flor, en ver plantas viejas ya secas sin utilidad alguna, pero que impiden el nacimiento de otras nuevas. Un espino de escarambujos o escaramujos, de los cientos que nacen en nuestros campos porque se multiplican naturalmente, no se puede cortar si nace donde no debe porque la vigilancia inquisitorial al servicio de no se sabe quién multa diciendo que has atentado contra "un rosal silvestre". Habría que plantarle unos cuantos a la puerta de la casa del "nosesabequién" para que le sacudieran unos cuantos pinchazos y se enterara de cómo son las zarzas y cómo se multiplican. Los humedales, charcas y lagunas no se pueden limpiar; no hay razones.
En resumen, estamos en manos de ignorantes lejanos que creen que lo que hoy ha llegado a nosotros no tiene nada que ver con el trabajo de cuidado de nuestros antepasados, sino que su conservación se mejora si anulamos la intervención humana. Ya no somos libres para hacer en nuestro campo y medio ambiente lo que siempre se ha hecho: todo lo tienen que mandar los que dan subvenciones y se han hecho los amos reales de estas "autonomías municipales". Por eso el humano se va a otros lugares donde se respira más libertad, y con ello van desapareciendo especies animales, deteriorándose el medio ambiente con el monocultivo y sus herbicidas, y convirtiendo en desierto humano lo que todavía podría salvarse si cayera en las manos de personas inteligentes y respetuosas con los medios tradicionales de uso de la Naturaleza.
Casas derruidas en nuestros pueblos, sin que encuentren nuevos pobladores porque quienes son sus propietarios no las rehacen, muchos de ellos por la carestía de esta tarea y los requisitos que se exigen, ni las usan ni ponen precio racional en su venta. Ampliación de edificios, en especial grandes naves, en los alrededores sin un planteamiento anticipado de viales y servicios: queremos que pase la enorme maquinaria por el mismo camino que ocupaba una yunta de mulas con su arado.
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