3 de septiembre de 2013

Querencia

1. f. Acción de amar o querer bien.
2. f. Inclinación o tendencia del hombre y de ciertos animales a volver al sitio en que se han criado o tienen costumbre de acudir.
3. f. Ese mismo sitio.
4. f. Tendencia natural o de un ser animado hacia algo.
5. f. Taurom. Tendencia o inclinación del toro a preferir un determinado lugar de la plaza donde fijarse.
(Diccionario de la Academia Española)



Asi pues, retornaremos a la querencia una vez más, con el ánimo más bien encogido, como es costumbre en épocas de estiaje vecinas al equinoccio, cargadas de despedidas y de añoranzas por todo lo que se va perdiendo por el camino.

Pero hemos de seguirlo y no sería conveniente que nos apeáramos en estos momentos cuando hay todavía tantas cosas que contar...


Ayer, cuando volvía a Berlanga, por el viejo camino que ya se ha convertido  en querencia, me salí de la vía principal para, en un par de kilómetros llegarme al pueblo que lleva también este nombre de Querencia, del que cada vez van quedando menos cosas en pie, con su iglesia salvada casi en el último momento del derrumbe, con su fuente todavía copiosa y su abrevadero, rodeados ambos de copudos chopos de añosos troncos. 





Por el camino voy comiendo deliciosas moras de un moral que saca sus ramas por entre una tapia medio hundida. Subo a una loma por detrás de la iglesia para tomar unas fotos y sorprendo entre las matas a una docena de perdices que echan a volar sorprendidas por el inesperado visitante. 

Se divisa el pueblo cercano de Tobes, igualmente abandonado aunque con algunos proyectos para rehabilitarlo y también el imponente castillo de La Riba de Santiuste, un poco más allá otro pueblo, este con vida: Sienes; y unos kilómetros al saliente, otro abandonado y sin esperanza: Torrecilla del Ducado.


Si no fuera porque tenemos ejemplos de abandono bien cercanos, podríamos decir que la despoblación se halla a tan solo una treintena de kilómetros al sureste de Berlanga, y avanza como si buscase su querencia por estas serranías que separan las dos provincias, arrugando las estrechas carreteras hasta convertirlas en polvo y piedras sueltas, como este tramo de no mas de un kilómetro que hay desde el cruce hasta Querencia por el que se ven los primeros corrales y edificios arrumbados, presagio del abandono que nos vamos a encontrar unos metros más arriba, porque es abandono, lo que desgraciadamente nos encontramos a cada paso, aunque se adivine actividad en algunas fincas pasada la fuente, por el ruido de animales y algún tractor, y por las huertas que aprovechan la fertilidad de la tierra.


También se adivina actividad en algunos desescombros en solares a la entrada del pueblo que podrían representar la rehabilitación de algunas casas. Esperanza, que como dice el clásico es lo último que debe perderse, aunque no me encuentro a nadie que confirme ni desmienta, así que me voy por donde he venido con las manos y la lengua manchadas de mora.

1 comentario:

  1. Muchas gracias a los Amigos del Coborrón por escribir y fotografiar Querencia. Efectivamente los hay que estamos llenos de esperanza y desde la asociación Levantando Querencia estamos trabajando para que este pueblo no esté abandonado, como bien dice este artículo "se adivina actividad", si queréis saber más este es nuestro blog: http://levantandoquerencia.blogspot.com.es/

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