Yo tenía un palomar
lleno de palomas blancas
con una alberca de mármol
rebosante de agua clara
(anónimo)
Ponen las palomas tres veces al año cuando menos: la primera en el mes de marzo, y la última en el de agosto. Ponen dos huevos cada vez, con el intervalo de un día entre el uno y el otro; y cuando se aproxima la época de poner, el macho elige el nido, y el y la hembra se ocupan en guarnecerlo de paja o de hojas secas. Puestos los dos huevos comienza la hembra a cobarlos, y continua en hacerlo durante diez y siete o diez y ocho días, que tardan a salir los palominos, manteniéndose sobre los huevos desde las tres de la tarde hasta las once de la mañana, a cuya hora sale del nido excitada de la necesidad, y es reemplazada por el macho hasta que regresa.
Por lo común nacen siempre de los dos huevos un macho y una hembra, y desde el momento que ven la luz, reciben de sus padres los cuidados mas tiernos y afectuosos, y un alimento conveniente y proporcionado al estado de sus fuerzas, comenzando por una especie de caldo medio digerido en el estómago de sus padres, y acabando por un alimento en su estado natural, sin ninguna elaboración, hasta que pudiendo ya bastarse a si mismos, son abandonados de sus padres para ocuparse en la procreación de otros hijos.
La época mas conveniente para comer los palominos es cuando se acercan a la edad de un mes, y viven todavía de lo que sus padres les ponen en el pico, porque desde que comienzan a comer por si mismos pierde su carne la delicadeza y finura que la caracteriza.
Desde el mes de noviembre hasta el de febrero deben las palomas recibir en el palomar el alimento que necesitan, y lo mismo en tiempos de lluvia o tempestad, porque en dichos meses no pueden encontrarlo en los campos, y cuando el tiempo es malo, no quieren salir del palomar aunque el hambre las atormente (...) Debe dárseles el alimento cerca del palomar en un lugar limpio y retirado, por la mañana y por la tarde, y nunca al mediodía, por ser la hora en que hacen la siesta.
De todas las aves domésticas ninguna manifiesta tanta afición a la limpieza como la paloma, habiéndose visto no pocas veces desertar todas de un palomar a causa de su suciedad y mal olor; por esto conviene barrerlo y limpiarlo por lo menos cada dos meses, cuidando de no levantar polvo, que fatigaría a las palomas que se hallan en el nido. Tambien es necesario arrojar fuera del palomar las palomas muertas o demasiado enfermas, para impedir que su presencia vicie el ambiente. La precaución de dar dos golpecitos a la puerta ante de abrirla es muy oportuna para no sorprender y asustar a las palomas.
(Novísima guia de labradores, jardineros, hortelanos y arbolistas, o tratado práctico de agricultura y economía rural, conforme a los últimos adelantos hechos en esta ciencia y a las mejores prácticas agrarias de las naciones mas adelantadas de Europa, por Don Agustín de Quinto. Año de 1861)
Los palomares tuvieron desde la antiguedad un lugar privilegiado en la economía rural. Las palomas se emplearon como alimento y el guano era un cotizado abono para el campo. Hasta el siglo XVIII poner un palomar estaba reservado a los señores y era un signo exterior de riqueza.
Todos los de nuestra comarca están en ruinas o abandonados (espero que alguien me corrija). Uno de los defectos o virtudes, según se mire, de este blog es su afan de inventariarlo todo, de poseer un catálogo completo del patrimonio arqueólogico y artístico, tarea ingente o liviana, según se mire, según las manos que se empleen en la tarea. Fotos, solo tengo de estas dos, y una no es mía, asi que me queda bastante tajo.
Nos enteramos por el vecino Juan Carlos que en Medinaceli, el Ayuntamiento ha incluido una nevera arabe en el itinerario turístico por la villa; solo ha tenido que adecentarla un poco, limpiar el entorno y poner un cartel informativo. ¿A la de Berlanga cuando le va a tocar?
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