Por su fama de dialogante, el rey de España encomendó a Fray Tomás para que pusiera paz en las disputas territoriales entre Pizarro y Diego de Almagro, cosa que no consiguió más que de palabra, porque no eran españoles de palabra, les podía la ambición y liaron una guerra civil que ocasionó muchos muertos incluidos ellos mismos.
El pobre Fray Tomás partió en barco desde su obispado de Panamá, para entrevistarse con los conquistadores. En el trayecto por el Pacífico atravesó una zona de calmas y la nave fue arrastrada hacia occidente por las corrientes marinas. El contratiempo del retraso en llegar al Perú se vió compensado con el descubrimiento de unas islas desconocidas plagadas de animales exóticos que no temían al hombre, pues no lo habían visto nunca. Habían llegado Fray Tomás y su séquito a las Islas Galápagos.
En la Academia Cajander se cuenta el evento y la historia de Fray Tomás, con muchos enlaces y fotos.
Fue un 10 de marzo de 1535, hoy hace 475 años
También se cumple por estos días otro aniversario algo menos alegre. El derrumbe del arco de triunfo de la ermita de San Juan, en las faldas del castillo. Siete años ya.
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