Los celtas adoraban las piedras, los montes, las cuevas, las fuentes, las aguas, los árboles... De los antiguos cultos a las aguas fecundadoras, creadoras, prolíficas, salutíferas y sanadoras, nos han quedado miles de indicios como los santuarios colocados junto a un manantial, canciones, leyendas y tradiciones.
La naturaleza es un hermoso templo cambiante.
A este lugar que nos había pasado desapercibido, y que acabamos de bautizar como santuario rupestre del Chorrón, se llega sin mucho esfuerzo partiendo de Paones donde dejaremos el coche. Una vez subida la cuesta de Espioja, nos desviamos por un camino que sale a la izquierda, que se dirige a un monte de carrascas; seguimos este camino y nos desviamos por el segundo camino que sale a la izquierda. Tras quinientos metros de marcha habremos llegado.
Las coordenadas son -Lat 41º 25’13.8’’N.- Long. 2º 52’4.32’’W
Por el camino nos encontraremos con una fuente que mana debajo de una piedra. Esta zona debio ser muy abundante en agua. El nombre lo delata
La piedra que parece un pedestal es de una sola pieza y se siente un escalofrío al presentir la mano del hombre y al contemplarla al lado de aquella otra con forma de gran falo. Susurros de viejas hidrolatrías y litolatrías se sienten sin querer al llegar a este lugar; una sorpresa más, de las muchas que esta tierra depara a los visitantes curiosos y a los buscadores incansables.
Sería interesante un estudio exhaustivo del paraje por parte de alguien experto, ya que aunque nuestra imaginación sea un instrumento poderoso, no nos permite determinar si, aparte de las piedras de las fotos, hay alguna otra estructura de habitat o algún resto material que pudieran aclarar su posible datación o significado. Son pocas las certezas, pero el lugar merece una visita. Las fotos hablan por si solas.
Publicado por: A x i n i o
© Axinio Valeranicus MMVIII
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