27 de junio de 2011

El Tolmo de Cabreriza

Por entender que se trata de un hallazgo extraordinario, que puede ofrecer valiosas pistas a los estudiosos de la protohistoria y dar alas al olvidado proyecto de una completa carta arqueológica de la Tierra de Berlanga, reproducimos íntegramente el articulo de este mismo título publicado en el blog La Taina de Gormaz, con el permiso de su autora y el agradecimiento tanto por la calidad arqueológica como literaria de su trabajo.

El Tolmo de Cabreriza posiblemente nos introduce en un espacio ceremonial, que ha quedado testimoniado por la abundante cerámica que de su suelo brota y prolifera desbordada por las pendientes anejas de la cara Norte. Cerámica a mano, de arcillas locales,
- en vasto, para cuencos de cocina,
- engobadas, por fuera y dentro o solo la cara vista, con mineral rojo de hierro local para ollas y fuentes,
- vasos con delicadísimas paredes, trabajadas con arcillas con mucho desgrasantes de cuarzo, lo que les proporciona un aspecto pétreo, siempre desnudos de engobes, buscando el color gris-negro.
- platos y cuencos de comer pulidos y bruñidos en pasta negra, buscando siempre la ligereza de la pieza, lo que se consigue con el control de la temperatura del horno de cocción asi como del ordenamiento y distribución de las piezas en la hornada.

No abundan las decoraciones, pero tampoco faltan. Las salseras tienen matado el borde con líneas paralelas hechas con punzón, y algún mamelón se insinúa en pithos engobados en rojo al exterior. Las carenas se conocen y se presentan en ejemplares pulidos.

Presentan una diversidad de color según las funciones de la vajilla:
Negra, pulida o bruñida para comer, desnuda de engobe, fina y ligera para beber.
Roja para jarras y contenedores de líquidos y amarilla pulida para servir la mesa.
Gruesas fuentes y cuencos para cocinar, con carenas en los fondos, con pequeños pitones para facilitar el transporte,
Bordes decorados con ungulaciones sistemáticas a lo largo del borde de la boca, o con líneas paralelas realizadas con punzon; posiblemente salseras.

No tendría ningún sentido practico el organizar el vertedero del pueblo en la parte mas alta e incomoda del espacio circundante, por lo que se debe buscar un sentido ritual al que se encuentren en esta área, y solo en esta, tal concentración de restos.

La Tierra que cubre la cima no es arcilla sobre las calizas cretácicas, como se tendría que esperar de un cerro profundamente erosionado por todos los agentes climáticos, sino que se encuentra colmatado de tierra fértil revuelta con la cerámica en cuestión y dispuesta en pequeños amontonamientos, distribuidos de forma irregular en la cara W, colmatando la pendiente.

Para entrar en el recinto que personaliza el meandro, nos encontramos un paso reforzado con pared lateral que accede a la terraza izquierda de la ladera, por donde discurre una senda, paralela al curso del rio, rodeando el Tolmo en su cara norte.

Actualmente quedan restos de seis diferentes construcciones de uso pastoril, en el área exclusiva del tolmo, lo que significa seis unidades de explotación, seis familias, que con una media de 5 integrantes por unidad proporciona una densidad de 30 habitantes. ¿Son estas construcciones establos de la repoblación medieval, correspondiendo uno a cada casa del pueblo? Lo mas posible, pero, ¿están rehabilitadas? ¿Son antiguos establecimientos ganaderos de ocupación temporal, diseñados por los primeros colonizadores, no como establos sino como lugar de vivienda para cada una de las unidades que formaban el clan? Por ahí me inclino. Queda perfectamente ocupado y defendido el espacio fértil del rio, completándose con la fertilidad del bosque de encinas, que proporciona buenísimo pienso para sus animales. Los meses de primavera y verano constituirían una apuesta segura en la incipiente economía agrícola del Neolitico, permitiendo una rápida sedentarización, en cuanto las mejoras técnicas de las herramientas de cobre proporcionaron mayor rendimiento del trabajo y con ello una mayor cosecha, una explosión demográfica, un excedente de comida y mano de obra, un comercio en busca de útiles y conocimientos.

El Cobre y el Bronce, especialmente, es la revolución industrial del Neolitico. Los viejos moldes rituales pierden sentido, la población con sus mejoras técnicas de arados, palones, hoces… de depurados filos, consiguen seguridad de aprovisionamiento de alimento, constituyendo una segunda edad de la sociedad del cereal, sociedad proveniente de Oriente. En el 4500 están fechados en Medinaceli. En 100 años llegan a ocupar las fértiles cabeceras de los valles, entre ellas el Talegones, al principio aprovechando los estancamientos primaverales, después aprisionando el agua en primavera para ocasionar grandes crecidas en su vega, al estilo de las crecidas del Nilo. Aquello era trabajar con el conocimiento, sin el esfuerzo de cavar, tarea inimaginable para hombres colonizadores, aplicadores de un sistema oportunista y eficaz, ya que el hombre carece de zarpas y las herramientas de piedra y hueso son poco aptas para esta misión agrícola. Pero sin herramientas el hombre consigue, anegando los campos, estupendas cosechas de cereal, suficiente para su pan y cerveza. Los quesos y la carne de su ya tradicional y floreciente ganadería, le permiten conseguir ventajosos intercambios. Cuando el Bronce se introduce, las herramientas esclavizan la voluntad del hombre, quien embrutece su habilidad oportunista, acechante, viva y móvil, de perfecto depredador de la Naturaleza, para pasar a ser un colaborador voluntarioso.

El campesino aterriza en la sociedad, con su carácter apacible y feliz, noble y orgulloso, fuerte y conciliador. Deja los problemas de los dioses con los sacerdotes y ellos dedican su tiempo a configurar el espacio circundante, en un autentico boom inmobiliario, fincas, taludes, canales, repartiéndose el espacio, constituyendo las seis unidades ¿familiares? Con su cementerio común en el alto, con sus ritos de cremación y fiesta de despedida de toda la comunidad; espacio sagrado de un pueblo sedentario, unido posiblemente por via sanguínea, esto es repoblación familiar que se expande con progresivas generaciones, y formando células con domicilio independiente, cercando entre todos el espacio que explotan, ocupándolo con orden y colaboración. Artesanalmente tienen sus códigos, esto es, un orden establecido en las formas y texturas de las cerámicas, según su utilización. Este orden esquemático se puede aplicar a toda su filosofía de vida.

La búsqueda de determinadas cualidades, ligereza en la vajilla para uso personal, platos y vasos, en contraste con los grosores de las fuentes de calentar al fuego, o con el esmerado trabajo de pulido a los cuencos de carena; todo ello elaborado con la misma arcilla local, nos lleva a un artesano hábil, adscrito a unas reglas culturales allende el grupo tribal. Es un hombre satisfecho, muy satisfecho de su capacidad generadora de alimento. Conserva los rituales de los lejanos dioses, que pasaran a ser cuentos de niños, cuando su cultura pase a formar parte del colectivo inconsciente de la humanidad, ya sustituida por otra forma de producción con otros valores culturales. El hombre del Bronce descubre su voluntad con la alianza de la herramienta, y se dispone a conquistar la tierra y olvidarse de los cielos. Los viejos grabados de los templos desaparecen. La autoafirmación voluntariosa del hombre lo hace mas humano, terrenal, pierde la evocación constante a la divinidad, representada en las fuerzas de la Naturaleza, a las que la Divinidad domina y mueve a su voluntad. Todavía hoy se tiran imágenes al rio en épocas de sequia, no como castigo, sino como forma de conjuro con las fuerzas divinas, realizándose estas ceremonias por toda la colectividad en procesiones ritualizadas por la Iglesia Católica.




2 de junio de 2011

Poblando el silencio

La asociación cultural Los Abedules  ha organizado un evento que promete ser interesante en el pueblo hoy despoblado de Sotillos de Caracena para el día sábado, 11 de junio.
Herminda Cubillo, que es el alma de esta asociación radicada en Muriel Viejo, nos deja esta invitación llena de poesía en su web:

Hemos organizado un concierto para el atardecer del día 11 de junio a las 9,30 de la noche y contamos con la naturaleza,  que en esta época viste sus mejores galas en Soria, para que organice  el  decorado. Os invitamos para que el día 11 de junio acudáis al concierto que se celebrará a las 9,30 de la tarde. Actúa el DUO ENTRACTO. Recomendamos llegar unas horas antes para pasear y mirar el paisaje que también se puede contemplar mientras se escucha la música.
A ésos pueblos nunca llegó la luz, ni el agua, ni el teléfono, ni pavimentaron las calles, ni hubo antenas en los tejados. Tampoco había tiendas, ni médico, ni bares. Las casas eran sencillas y contenían sólo los ajuares necesarios.

Los hombres, las mujeres y los niños trabajaban el campo y cuidaban de algunos animales que les proporcionaban alimentos para todo el año. Solo necesitaban desplazarse a otros lugares para comprar especias para la matanza.

Pueden parecer desamparados pero estos pueblos están llenos de placidez y la quietud que reina en ellos sosiega el ánimo de los que sufrimos las prisas actuales.

Con la ayuda de la Asociación Tierras Sorianas del Cid hemos encontrado Sotillos de Caracena, situado en la Sierra de Pela, a los pies del Pico Sotillos y cercano a las ruinas de Tiermes. Es un lugar sorprendente y grandioso cuyo paisaje contrasta con el desmoronamiento que produce el abandono. Por los muros sin ventanas llegarán imágenes de los tiempos pasados y las piedras susurrarán palabras y murmullos de recuerdos. Os invitamos a disfrutar de todo ello paseando por el pueblo a partir de las 8 de la tarde.

Para los que lleguen de Madrid, TIERRA DE FUEGO, (www.tierradefuego.es) tfno 915215240 ha organizado viajes especiales que se pueden consultar en su página. Recomendamos pasar el fin de semana por esta comarca que atesora vida y arte: El románico de San Esteban, Rejas y de Alcozar, el pueblo de Pedro con su ermita visigoda, las huertas, los molinos y las cascadas de agua, que lo convierten en un vergel. Las ruinas de la ciudad, primero arévaca y luego romana de Tiermes, el museo de las excavaciones y la iglesia románica. Contrastando con las ruinas, los paisajes son suntuosos: las viñas de Atauta, el cañón de Caracena, las encinas centenarias de Valderromán, el valle del rio Pedro, las hoces de Ligos y muchos rincones que cada viajero podrá descubrir.

Hay varios pueblos que todavía conservan gente y mucha belleza en sus contornos. Los interesandos en acudir, pueden hacer cualquier clase de consultas en el correo: aclosabedules@yahoo.es
RECOMENDACIONES
•Rogamos respeto a la naturaleza, como lo tuvieron los habitantes del pueblo.

•Es peligroso entrar en las casas en ruinas; dentro no queda nada.

•No dejéis basura ni colillas.

•Os recordamos que estamos en el dominio del silencio y no queremos que se rompa más de lo necesario. Disfrutemos de la música con todo el respeto de un gran auditorio.

•Las casas se van hundiendo ellas solas, no hace falta que las ayudemos.
 
No se permite rebasar las zonas delimitadas.
Desde Berlanga hay que coger la carretera de Retortillo y seguir las indicaciones para Tiermes.