21 de octubre de 2017

Abanco, junto al rio

Abanco es un pueblo de  la Tierra de Berlanga  con serios problemas de supervivencia que se acrecientan en esta época del año cuando los días son mas cortos y mas frios. Sus escasos habitantes permanentes y los que vienen por temporadas, mantienen el caserío limpio y arreglado a pesar de que una parte importante de sus casas se vean ruinosas. El entorno es de gran belleza y atesora un importante patrimonio histórico artístico. El arroyo de Valpirle discurre a quinientos metros, no siempre con agua. Los entendidos dicen que el nombre del pueblo viene precisamente de su cercanía al arroyo y que en la lengua ibérica, muy similar al vasco actual, vendría a significar "junto al rio"

Comenzamos la relación de sus tesoros hablando de una cueva donde se encontró cerámica de la Edad del Bronce y de las  ruinas de una atalaya musulmana, como a dos kilómetros, invadida actualmente por un vértice geodésico y a la que se llega mas fácilmente desde el vecino Sauquillo de Paredes.

El palacio, que fue restaurado a finales del siglo pasado, es ahora de propiedad privada. después de haber servido como escuela, fragua, frontón, granero y ayuntamiento. Es un enorme caserón de sillería con escudos de la familia de hidalgos que lo construyó.

La iglesia es mas grandiosa que el palacio al que hace frente. Es barroca del XVIII construida a imagen mejorada de la de Brías, de la que dijo Madoz que acaso fuese la mejor de todo el Partido. Luce los mismos escudos que el palacio y en unas hornacinas cobija a San Pedro, San Pablo y la Virgen. Dentro hay una pila bautismal románica de una iglesia mas antigua de la que quedan restos visibles en una de las calles.