23 de julio de 2012

Santo varón

En agosto del año 1843, al hacer unas obras en el Convento de Santo Domingo de Salamanca,  apareció una momia al levantar una losa del pavimento.
 "En el momento que circuló la voz de aquel hallazgo, un gentío inmenso acudió al citado edificio, como por ensalmo, apoderandose de las vestiduras, creyéndolo santo" 
Tuvo que actuar el alcalde para poner orden porque el gentío amenazaba con hacer desaparecer por completo aquellos restos humanos que consideraban reliquias santas. A partir de entonces se empezó en la ciudad del Tormes y en todas sus dependencias, a hablar del aparecido al que se mencionaba popularmente como "El Santo"


Se hicieron las oportunas averiguaciones y resultó que el exhumado era Ignacio Brizuela Arteaga, un influyente personaje que vivió a finales del siglo XVI y principios del XVII, llegó a ser consejero de Felipe IV y Presidente de Flandes. Había nacido en Berlanga, en el obispado de Sigüenza. Tomó el hábito de dominico en 1582 en este mismo convento y llegó además de los cargos citados, a ser obispo de Segovia y arzobispo de Cambra. Murió en Madrid en 1629, a los 72 años y fue enterrado en el mismo lugar donde fue encontrado.


"Parece que consta en algunos documentos que la vida del susodicho obispo fue ejemplarísima y amigo de los pobres. Se conserva bastante bien y se espondrá por ocho días al público, vestido de obispo". Diario El expectador 25.VIII.1843.
Gil González Dávila define a nuestro personaje como liberal y largo para con los pobres y para consigo muy parco. Pensamos que de no haberse producido este suceso en el infame siglo XIX rodeado de guerras, epidemias y hambrunas, la causa de beatifición de Iñigo Brizuela habría sido más sencilla y no habría caido en el secular olvido en que se encuentra. Quizás tendríamos un santo berlangués.

1 comentario:

  1. Me queda la intriga de saber cómo eran las investigaciones en 1843 para llegar a conocer la identidad de un cadáver. Bueno, tal vez todo estuviera anotado en mohosos libros!!!!

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