2 de octubre de 2012

O tempora, o mores

La foto que ilustra la presente entrada es de la década de 1920, en una animada tarde festiva en Berlanga. Los maderos de variadas medidas eran aportados por los vecinos que se construían la plaza de toros, aprovechando el trazado de la plaza mayor y las fachadas de esta para apuntalar y darles la consistencia necesaria. La celebración era por la Virgen del Rosario, patrona de la Villa junto a Santa Catalina de Alejandría, que tambien tuvo sus sigulares festejos, ya perdidos, en torno al 25 de noviembre.

Las fiestas patronales eran en aquella época y hasta la década de 1970, a primeros de octubre, cuando ya la diáspora era masiva, por lo que el Concejo decidió traspasarlas a fechas estivas.
Las caras de la foto, salvo alguna excepción, dan la razón a aquel clásico que dijo que "vale más un día grande que cien pequeños".

Camisas blancas recién lavadas y chalecos negros. Casi todos los hombres con las cabezas cubiertas, que el ábrego del otoño es muy traicionero. Las mujeres en las filas de arriba, con esos tocados de la época del Titanic. Las alpargatas blancas de esparto y algunos  típicos calzónes, aunque gana el pantalón entre la juventud. Arriba a la derecha, un mozo bebe del botijo lleno del vino de la Tierra, y a su derecha los dos que no llevan boina juegan con unos globos.

Repasen ustedes las caras cargadas de energía positiva y miren si reconocen a alguien. Mandaremos la foto original a todo el que nos la pida.

Y hablando de energía positiva, pronto llegan las fiestas de Caltojar.

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