Es posible que un berlangués de a pie no se venga enterando de que año tras año, y desde hace ya la friolera de ochocientos cincuenta y dos, se celebre en la hermana Villa de Atienza, el domingo de Pentecostés, una de las fiestas más antiguas de toda Europa
Y eso que Berlanga y Atienza están muy cerca. Tirando de distancias, son apenas 29 kilometros la separación entre las torres del homenaje de sus l castillos, que si no fuera por algún montecillo de esos que se interponen a medio camino, casi podrían verse la una a la otra sin demasiado esfuerzo.
Y eso que Atienza y Berlanga son dos villas castellanas que han compartido toda la protohistoria celtibérica, mas mil años de historia a menudo hostil, en la que sus hombres y mujeres trasvasaron sus sangres y sus apellidos de una a otra parte de la Sierra. Ahí está el caso de los Bravo de Lagunas que nos dejaron un bravo capitán comunero y a la primera mujer que fue catedrática de Universidad en todo el mundo.
Pero, como digo es posible que a estas alturas a la gente de una y otra parte se le haya hurtado la existencia de la vecina, porque la mala fortuna hizo que perteneciéramos a administraciones distintas y que viéramos teles regionales diferentes,y por tanto en los informativos locales no se dan noticias de territorios considerados foráneos, ni tampoco en la prensa provincial, a la que no pueden pedirse milagros cuando no es capaz de cubrir la información de los pueblos de su provincia.
La historia de la fiesta viene a ser la siguiente:
Alfonso VII divide a su muerte en el 1157, los reinos de Leon y de Castilla entre sus dos hijos. A Fernando, el mayor, le deja León y a Sancho Castilla, pero Sancho muere joven dejando un heredero de solo tres años.
Fernando II de Leon quiere aprovechar esta circunstancia para hacerse con los dos reinos, para lo cual debe eliminar a su sobrino, el futuro Sancho III. Hasta Soria, donde se encontraba el infante bajo la tutela de los Lara, llegó el rey leonés, en la primavera de 1162, con la aviesa intención de liquidarlo.
El caballero Pero Nuñez de Fuentearmexil sacó al niño de noche sigilosamente y lo llevó en su caballo hasta San Esteban y desde allí hasta Atienza.
Días después llegaron los soldados leoneses sitiando la villa, empeñados en su maligno propósito. Entonces los arrieros de Atienza usando todo su ingenio disfrazaron a Sancho y salieron como todos los días, bien de mañana, con sus recuas por el camino de la Ermita de la Estrella; danzaron delante de la Virgen con ritual naturalidad, sin levantar sospechas y sacaron al niño rey cabalgando siete días más hasta ponerlo a salvo en Avila.
La cofradía de arrieros comenzó a celebrar su victoria al año siguiente y no ha dejado de hacerlo hasta la fecha.
Por vez primera he podido asistir (milagros de la jubilación voluntario/forzosa de la crisis) a unas horas en Atienza y ver algo de la Caballada. (http://lacaballadadeatienza.blogspot.com.es/)
ResponderEliminarSin dejar de ser una actividad cerrada a los Cofrades, centenares de asistentes los acompañan en plan turístico, vecinal o simplemente curioso; llenando a Atienza de color y visitantes en estos días primaverales.
Bien es verdad que hoy día los caballos han de ser alquilados, porque toda actividad tradicional en nuestra comarca ha desaparecido; que gran parte de los cofrades viven normalmente en otros lugares; que Atienza tenía más iglesias que Madrid en siglos pasados y hoy apenas 500 habitantes censados mantienen un gran patrimonio histórico, además de mantenerse ellos mismos, lo cual es de admirar.
Ese día estuvieron abiertos los tres museos ecclesiásticos. Visité el de la iglesia de la Trinidad, porque no tenía más tiempo, y la verdad es que al ser la primera vez, aún habiendo pasado por su puerta otras veces para subir al Castillo, el contenido artístico, religioso y cultural de esa iglesia es IMPRESIONANTE.
Quizá algún ignorante de lo que llaman "Castilla La Mancha" (por ahí se encuentra algún video que dice que Somolinos, Atienza y Sigüenza son de La Mancha https://www.youtube.com/watch?v=BWlNUlmXJkc), al entrar y ver un portavelas grande con el escudo del castillo y el león, se va a creer que pertenece a otro lugar. ¡Qué vamos a hacer!: la incultura reina en esta nación, y lo malo no es eso, sino que en vez de intentar descubrir la verdad histórica, se hace todo lo contrario: todos son "territorios o naciones históricas" excepto Castilla.
Al mismo tiempo que calificamos de lamentable la información de nuestros medios más poderosos: televisiones regionales y periódicos provinciales, no perdamos la esperanza. Por lo menos, por estas débiles y muy modestas ventanas que otros pueden abrir y leernos, daremos a conocer lo que creemos que es la verdad histórica, la realidad actual y las ideas para un resurgimiento futuro, tan problemático de adivinar como apasionante.