Recoge el profesor Rafael López García, en su libro Paones, Historia, usos y costumbres, varias leyendas oídas a sus mayores, relacionadas con parajes de su pueblo.
Cuenta una de ellas que, de paso por el lugar, un oficial carlista, temiendo ser capturado por las tropas realistas, escondió el botín en el paraje del Chorrón, junto a la Peña del Huevo. Había en Paones quienes creían que las piedras marcaban el sitio exacto del escondite, unos que la piedra vertical y otros que la horizontal, el caso es que nunca se encontró el tesoro, real o imaginario, que seguro que hizo soñar a más de uno.
Otra leyenda cuenta que un aceitero, que a menudo hacía el camino hasta Paones, pasando por El Chorrón, llegaba un día refunfuñando por la poca venta en el pueblo anterior, donde no había sacado muchos cuartos, pero si, por arte del trueque, se había hecho con bastantes docenas de huevos. Cabreado y con el sol en lo mas alto, le dio por estampar los huevos en esa enigmática roca fálica a la que llaman Peña del Huevo, con la intención de volcarla. Asi gastó todos los huevos que llevaba y asi lo contó en el pueblo cuando llegó, afirmando que solo le había faltado uno para derribarla.
Asi lo contaban los de Paones y esperamos que lo sigan contando por muchos años.
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