10 de febrero de 2014

Maura habló en Berlanga

TIQUIS - MIQUIS 
D. Antonio Maura ha hablado en Berlanga y, corno siempre que habla don Antonio, nuestra Prensa se ha llenado de comentarios. A pesar de que el señor Maura suele dejar en sus discursos, margen a interpretaciones contradictorias, a pesar asimismo de que los extractos telegráficos vienen a complicar extraordinariamente esta oscuridad algo sibilina característica del orador, queda patente por encima de todo una afirmación irrebatible, la de que los intereses españoles están de acuerdo con los intereses de Francia e Inglaterra y en consecuencia que estas dos naciones deben ser las aliadas naturales de España.
No es de ahora que el Sr. Maura se expresa así, pero es precisamente en estos instantes, cuando los misterios diplomáticos parece que gravitan con inusitado vigor sobre nuestro sino, que las palabras del estadista tienen una trascendencia y una significación indiscutibles.
Ante todo son un reproche a la caterva de fanáticos germanófilos que mangonean el amor a España en provecho de Alemania; después constituyen una desautorización evidente a las doctrinas de todos los conservadurismos indígenas tan admiradores del autoritarismo, disciplina y poder teutónicos, y, por último, vienen a condenar esa extraña neutralidad servil que nos obliga a complacer a todos, siendo el más exigente, descarado y enredón —no hay necesidad de señalarlo- el que nos coloca en mayores apuros y nos hace pasar mayores vergüenzas.
Todas las razas conservadoras de España han reconocido en el Sr. Maura una sinceridad, un prestigio, una convicción y un amor al país excepcionales y nadie desde ahora, podrá poner estas cosas como escusa de su germanofilia sin ponerlas en duda en la persona del apóstol.
El golpe es rudo para los fanáticos del militarismo teutón que sonaban en ver el hulano de Guillermo II al lado del requeté por esas montanas de Dios. Y la prensa germanófila china y tiene irreverencias para el Sr. Maura, quien vuelve de su ostracismo político enarbolando la bandera de la libertad y de la justicia ofreciéndose a triunfar o morir con la Espana latina y caballeresca.
Revista Iberia, Barcelona, 16 de septiembre de 1916. numero 76, páginas 3 y 4

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